jueves, 27 de agosto de 2009

No hay caminos para la paz, la paz es el camino...

Desde hace un buen tiempo una frase acompaña mis días: “No hay caminos para la paz…La paz es el camino”.

Este pensamiento tan sabio pertenece a Mahatma Gandhi, pensador y líder del nacionalismo de la India, que, con su política de no violencia dejó al mundo un mensaje de paz y esperanza, en lo que refiere puntualmente a la liberación de los más oprimidos. Hoy en dia, la paz es un valor tan ansiado y, a la vez, tal “mal buscado”. Pero…encontramos paz? Dijo Jesús a sus discípulos antes de ascender a los Cielos: “Les dejo la paz, les doy mi paz; pero no como la del mundo…¡No teman ni se inquieten! Me han oído decirles: ´Me voy pero volveré`.

Desde que comencé a anhelar la paz, a los 12 años de edad, la buscaba fuera de mi, en cosas, personas, situaciones que me daban cierta seguridad/tranquilidad. Hasta que Jesús me hizo descubrir que Él esta dentro nuestro, dentro mío, y que eran vanos mis esfuerzos por salir fuera de mi para encontrarlo. Pero, por qué la paz está dentro de nosotros, ¿en donde habita? Asi fue que abrí la Palabra y en contré: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida…” Yo soy el Camino, me dijo Jesús, el sendero por excelencia….Ahi comprendí que si el Señor es nuestro Camino, Él es nuestra paz. Y entrendí lo que Gandhi habia escrito: La paz es el camino; Jesús es nuestro camino. Sin Él no transitamos la vida, andamos errantes y sin sentido.

¡Qué misterio tan simple y, a la vez, tan inmenso!

Es mi deseo, hermanos, que todos encontremos la paz, que transitemos la Vida en Jesús y con Él. Sólo asi se es verdaderamente felíz. PAZ Y BIEN!!


¿¿¿Y vos, en dónde encontrás la paz???


NATI


jueves, 13 de agosto de 2009

Su amor hace nuevas todas las cosas


Mi nombre es Luz, tengo 25 años, mi familia está compuesta por mi madre y mi hermana; mi madre nos educó y nos brindó todo su amor sola; el padre de mi hermana falleció y mi padre, no quiso que seamos parte de la su vida.

Hace 6 años Dios derrumbó la estantería de mi vida…¡¡¡gracias a Dios!!! Sí, mi vida era vacía, rutinaria, una vida sin Vida. Creía en Dios pero hasta ahí nomás…iba a Misa de vez en cuando, diríamos los argentinos “la manejaba”. En esta tristeza diaria, sentí la necesidad de pedirle a Dios, que me diera una razón para vivir, algo que me haga levantar, vivir y acostarme con alegría, con esperanza. Claro que en realidad, detrás de todo ello, era Dios Quién hizo que tenga sed…de Él…aún sin saberlo. Unos 2 años antes de esto, una compañera de la secundaria (ahora ella es religiosa), me invitó a participar de la Peregrinación de la Virgen de Schoenstatt. Ahí veía unos chicos de la Pquia. Santa Teresita que me llamaba la atención qué unidos y alegres eran…ahí fue surgiendo la idea de ser parte de un grupo pquial., aunque siempre lo posponía.

Pero recién a los 19 años tuve ese “clic”, uno que nos da vuelta 360º! Conocí el Rostro de Cristo: en plena Navidad mi madrecita tuvo que ser operada de un cáncer de piel grave en su rostro. Contarles todo lo que fueron esos días, me tomaría todo un libro, todo iba mal pero luego de que comencé a rezar, los milagros comenzaron a llover a montones!!!! Ése fue para mí EL momento en el que debía responder de una vez por todas a Dios. Él ya me había respondido, fuera de mi lógica humana. Ahí me fue mostrando que Su Amor puede hacer nuevas todas las cosas. Comencé la Acción Católica y Dios me enamoró a través de esta hermosa institución. Él enseña a esta pequeña que sólo sabía gatear, a caminar por Sus sendas de Vida Eterna, de la mano de Nuestra Madre. Me hace feliz el poder decirle al mundo cuánto Él ha hecho, hace y hará en mí. Pero sentí la necesidad de compartir mi vida contigo, las maravillas que Dios ha hecho conmigo….

¿Cómo fue ese clic que Dios hizo en tu vida cuando te encontraste con él?

jueves, 6 de agosto de 2009

El campeonato de la vida

Queridos amigo/as, quería compartir con ustedes esta reflexión que surgió a partir de una conversación con Vale de Tres Arroyos acerca del dolor y el deseo de felicidad en la vida cotidiana… sentí que quizás podía ser util para alguien mas, por eso traté de darle una pequeña estructura a la idea principal, que –sin quererlo- se fue tiñendo de un toque futbolero :), y silbando bajito se transformó en esta pequeña reflexión, que dice así:

El campeonato de la Vida

Por Marce Clarembaux

Todos tenemos altibajos en nuestro camino de vida, ya sea porque hay cosas que nos lastiman o porque no nos salen según lo previsto, pero no por ello hay que dejar de caminar… Perder un partido no significa perder el

Campeonato, sino que es una posibilidad para levantarse con mas fuerza para afrontar el próximo desafío.

El "Campeonato" en cuestión es la VIDA MISMA, y en los partidos que consta la misma no podemos evitar los golpes y el dolor que producen, y aunque a veces sintamos que “nos cortaron las piernas” la buena noticia es que -al mismo tiempo- existen las victorias y sus trofeos.

Creo que lo fundamental es recordar cual es el sentido de jugar el Campeonato: nadie dijo que teníamos que jugar para GANARLOS, jugando cómodos y para ganarle a un rival. Se trata de jugar para VENCER: vencerse a uno mismo cuando caemos por el dolor de los golpes que recibimos cuando nos decidimos a llevar la pelota, vencer el propio olvido de la capacidad de levantarnos, para que una vez erguidos y recuperados, podamos experimentar el don que nos otorgó Dios de poder meterle un centro al prójimo para que pueda meter su propio gol y regocijarnos al ver su rostro al darse cuenta que es capaz de vivenciar el sabor de su VICTORIA.

A medida que cada jugador toma la actitud de VENCER, comienza a abrir la cancha, aumenta la claridad del campo de su visión, ve cómo aumentan las posibilidades de pase, y mientras es conciente de que juega, se da cuenta que en ese mismo jugar, el dolor se disipa y que el trofeo (motivo por el cual siente el impulso de mover los pies) llamado FELICIDAD, se extiende a lo largo del camino de la vida como actitud, y no en el destino de las rutas.

¿Y si nos animamos a re-cordar la capacidad de VENCER?...