"Cuando aún estaba lejos, su padre lo vió y, profundamente conmovido, salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo cubrió de besos" Lc 15,20
El próximo fin de semana, festejamos el día del Padre. Algunos tienen la dicha de tenerlo y van a poder compartir ese día a su lado; otros no cuentan con su presencia física y quizás nunca lo tuvieron. Para otros por su experiencia, la figura paterna no representa nada, y hasta es símbolo de muchas heridas. Estas fechas siempre son días particulares en donde se nos remueven muchas cosas...
En estos días estuve leyendo "El regreso del Hijo Pródigo" de Henri Nouwen, en dondes descubrí una imágen de Dios que yo no conocía: la del Padre misericordioso, con su corazón de padre que arde de deseos de llevar a sus hijos a casa. Hoy los invito a que podamos vincularnos con aquella figura paterna que trasciende a todas las otras formas de Padre que conocimos.
Henri Nouwen, reflexiona en el sentimiento del Padre cuando sus hijos se apartan de su casa a un país lejano: "Cuánto hubiera deseado hablar con ellos, advertirles de los peligros que les acechaban y convencerlos de que en casa podían encontrar todo lo que estaban buscando en otros lugares. Cuánto le hubiera gustado salvarlos con su autoridad paterna y tenerlos cerca para que nada malo les ocurriera.Pero su amor es demasiado grande para hacer nada de eso. No puede forzar, obligar o empujar. Da libertad para rechazar ese amor o para responder a él.
(...)Como Padre, quiere que sus hijos sean libres (...), y esa libertad incluye la posibilidad de que se marchen de casa, de que vayan a "un país lejano" y de que allí lo pierdan todo. El corazón del Padre conoce todo el dolor que traerá consigo esta elección, pero su amor no le deja impedírselo.(...) Aquí está el Dios en el que quiero creer: un Padre que, desde el comienzo de la creación, ha extendido sus brazos en una bendición llena de misericordia, sin forzar a nadie, pero siempre esperando; sin dejar que sus brazos caigan y esperando siempre que sus hijos vuelvan para poder hablarles con palabras de amor y para dejar que sus brazos cansados descansen en sus hombros.
(...)El Padre quiere simplemente que sepan que el amor que han estado buscando por las vías más variadas ha estado, está, y siempre estará para ellos. El Padre quiere decir más con sus manos que con su boca:"Tú eres mi amado, en tí descansa mi favor"
Que podamos experimentar, en estos días, el amor del Padre que siempre nos recibe en casa con los brazos abiertos, sin preguntar ni reclamar nada, con la alegría de la vuelta que quiere celebrarla con una verdadera fiesta.
Les mando un fuerte abrazo. ¡FELIZ DÍA DEL PADRE!
MILI